Todos los propietarios de jardines que cuentan con explanadas de césped saben que a pesar de la dedicación y cuidados proporcionados durante el
verano, con la llegada del otoño este comienza a amarillear.
No se
trata de falta de riego, sino del propio ciclo vital de la planta, ya
que en la mayor parte de los casos las especies utilizadas son variedades estivales (Kikuyo o Bermuda Grass) que entran en su etapa de reposo.
Los expertos proponen la resiembra otoñal como solución para mejorar el aspecto de las plantaciones en otoño e invierno. Se trata de un sistema sencillo que consiste en esparcir al voleo las semillas,
tras haber cortado el césped al ras, y después hacer un regado de
barrido con la idea de que penetren en el suelo para que resulte más
fácil que germine.
Se
recomienda semillas de la especie Rye Grass, calculando una densidad de
siembra de cuatro a cinco kilos por cada 100 m2, cuidando que se repartan de manera uniforme
por toda la superficie. Existen tres variantes de esta especie y es
conveniente tener en cuenta sus características para que el resultado,
realmente, responda a nuestras necesidades y disfrutemos de una pradera verde durante las estaciones frías.
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