Disfrutar de un espacio verde propio no tiene porqué estar
reñido con apostar por la sostenibilidad. De hecho, la tendencia de los jardines ecológicos es fácilmente
trasladable a nuestro jardín tradicional, sin necesidad de grandes inversiones.
Al hablar de jardines ecológicos, lo hacemos de entornos naturales que priman el desarrollo de la
biodiversidad. Esta explicación que parece compleja, solo quiere decir que, en estos jardines, sus
propietarios se aprovechan de los mecanismos que utiliza la propia naturaleza
para sobrevivir.
Hay que romper con los prejuicios estéticos que solo valoran
los jardines con explanadas de césped recién cortado, agrupaciones de plantas
en las que solo se tiene en cuenta su aspecto armónico y árboles y arbustos
tallados en caprichosas formas. Con los jardines
ecológicos aprendemos a disfrutar de las diferentes especies vegetales y
sus peculiaridades.
Pero, además, conseguimos abaratar considerablemente los costes de
mantenimiento, ahorrando en consumo de agua y en gasto en productos
químicos como fertilizantes, plaguicidas
y similares. Porque, solo plantaremos ejemplares autóctonos y fomentaremos la
intervención de insectos y especies vegetales que contribuyen a la desaparición
de las temidas plagas en nuestras plantas.
Un elemento al que hay que prestar un cuidado especial en
los jardines ecológicos es el suelo.
Con un poco de trabajo por nuestra parte, debemos convertir el sustrato del que
se surge nuestro jardín en un material rico en aportes nutrientes, aireado y
con un perfecto drenaje, para que las raíces de todas las plantas se
fortalezcan y contribuyan a un correcto desarrollo de la vegetación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario