Si hay un problema que pone de acuerdo a todos aficionados a
la jardinería, por su persistencia, ese es el del crecimiento de malas hierbas
entre sus plantaciones. Además de un evidente deterioro estético de nuestro
jardín, los efectos negativos de las malas hierbas son más graves, pues
debilitan el desarrollo de los ejemplares que están a su alrededor, al robarles
nutrientes esenciales para su alimentación.
Por eso, el tema de la eliminación de las malas hierbas debe estar entre las tareas esenciales a realizar
en nuestro jardín. La solución no es fácil porque se trata de acabar con unas
plantas sin dañar a las que sí queremos que crezcan en el mismo terreno.
Cobertura de plástico para evitar el crecimiento de malas hierbas |
La mejor respuesta frente a las malas hierbas, como en casi todos los problemas en jardinería,
es la prevención. Así, cuando estamos planificando el diseño de nuestro jardín,
debemos cubrir el terreno con mallas anti hierbas. Un método casero pero muy
eficaz es usar plásticos oscuros, que impidan que llegue la luz necesaria al
suelo para que puedan crecer las malas
hierbas.
Este recubrimiento plástico debe contar con unos cortes y
orificios en los que podamos introducir nuestros ejemplares y que estos sí
puedan evolucionar correctamente. Para que este trabajo contra las malas hierbas presente un aspecto
estético, taparemos esas mallas o plásticos con tierra, guijarros decorativos u
otro tipo de acolchado que mejore el acabado de nuestro jardín. La corteza de pino es una excelente opción ya que acaba con las malas hierbas mientras protege las raíces de nuestras plantas.
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